Dejar de Fumar no es sencillo, pero finalmente se logra
Testimonios de exfumadores Por Alicia Yolanda Reyes.
En la familia he visto morir a personas amadas, un tío que era como mi padre tenia el habito de fumar, al final de sus días tuvo que estar conectado todo el tiempo a una mascarilla de oxígeno si se la quitaba sentía que se asfixiaba, finalmente a los 72 falleció con mucho sufrimiento para él y quienes le rodeábamos y amábamos.
Mi abuela que, al ya no poder desplazarse, espiaba por el cancel al paletero, barrendero, quien fuera que pasara para encargarle le comprara sus cigarros, sus problemas de salud fueron muchos y falleció a los 74 años.
Mi padre que a pesar de que dejó de fumar cuando falleció mi tío, ya había desarrollado cáncer de colon, y a pesar de cirugías y tratamientos murió a los 75 años.
Mi exmarido fumador empedernido, desarrollo una serie de enfermedades que finalmente le costaron la vida. Cuando empecé a trabajar el tema de control del tabaco invitada por Eduardo del Castillo, de Códice me interesó por toda esa historia familiar que venía arrastrando.
Yo alguna vez fumé, aunque nunca fueron más de 3 o 4 cigarros por día, decidí dejarlo cuando noté que me cansaba fácilmente al caminar, pero uno de mis hijos inició en el tabaquismo, siendo casi un niño, por más que le acercaba información sobre los daños no lograba que lo dejara.
Le pedía que lo hiciera por él, por sus hijos, por quienes le amamos, pero nada surtía efecto.
Decía siempre, “yo no tengo una adicción, dejo el cigarro cuando quiera,” pero no lo hacía, sus hijos, siendo pequeños, le escondían los encendedores, pero no surtía efecto.
Decía que no fumaba cerca de ellos, pero en cuanto los dejaba en la guardería o la escuela prendía su cigarro, le explique varias veces que las partículas del tabaco quedaban impregnadas en su ropa.
Su hijo menor nació con problemas pulmonares, y varias hubo que llevarlo al hospital en la noche o madrugada con problemas respiratorios, pero el no relacionaba su adicción, con los problemas de salud de su hijo.
Aquí el testimonio de primera mano de mi hijo “La verdad lo estuve pensando mucho tiempo, pero mentiría si te dijera que fue por mis hijos o algo así. La vida no es tan romántica. Si me pesaba saber que a ellos les preocupaba que me fuera a enfermar o a morir, pero la costumbre, el hábito y el poco o mucho de placer que pensaba sentir era más fuerte. Y la mendiga adicción más, como lo comprobé porque fueron tres meses de intentos fallidos y autoengaños. Según lo dejaba en la mañana y en la tarde o noche volvía a comprar y a fumar.
Al final fue el mugre miedo lo que me dio la fuerza irónicamente, dolor constante de pecho e inflamación de garganta me hicieron pensar lo peor y entonces dije, esta puede ser tu última oportunidad, tu cuerpo te está diciendo como te puedes poner y que puede ser peor. Así que dije, todavía no me quiero ir.
Fueron 5 primeros días no tan difíciles porque el dolor era un recordatorio constante pero aquí me tienes, casi 8 meses después con muy esporádicos deseos de fumar, con algunas molestias todavía pero más tranquilo.”
Una de las razones por la que es tan difícil abandonar el hábito de fumar es porque el tabaco es muy adictivo, contiene 600 sustancias como la nicotina, nitrato, nitritos, benzopireno y otros hidrocarburos y aromáticos policíclicos. La nicotina es el componente mayoritario del tabaco y responsable de la adicción. En cada cigarrillo el fumador ingiere uno y dos miligramos de nicotina. Esa droga se distribuye rápidamente por el sistema nervioso: en solo 7 segundos llega al cerebro, y en 20 alcanza las extremidades inferiores.
Por eso aplaudo la nueva reglamentación que prohíbe fumar en espacios públicos y la exhibición de productos de tabaco, esto contribuirá a evitar las más de 630 mil muertes por tabaco al año en México, que cuestan al sector público más de 116 millones de pesos por año (aliciayolandar@hotmail.com)