Bebés a la Venta, El Gran Negocio Internacional, mujeres menores a 30 años, las principales víctimas.
Con el fin de obtener sus bebés sin importar el medio, la explotación de mujeres de escasos recursos ha invadido el mundo.
Por Alicia Yolanda Reyes.
Un anuncio en Instagram en el que solicitaban mujeres de entre 20 y 30, blancas, de preferencia de ojos claros para donar óvulos llamó mi atención, hablé al número que aparecía en el anuncio y me hicieron saber que sería sometida a una serie de pruebas médicas para ver si era apta para donar, me explicaron que a cambio recibiría una remuneración, aunque no me especificaron de cuánto.
Entre las preguntas querían saber si bebía, fumaba, había utilizado drogas, o había tenido múltiples parejas, quedé de comunicarme después para la cita.
Martha y su pareja en la tercera década de su vida deseaban tener una hija, pero por sus múltiples ocupaciones decidieron esperar unos años, acudieron a una clínica de fertilidad, le extrajeron a ella vario óvulos, y a él le pidieron donar esperma.
Después de unos días les llamaron y les dijeron que tenían un óvulo fecundado del sexo femenino, el cual deberían congelar hasta que la pareja estuviera preparada para ser padres.
Firmaron un contrato el cual especifica que deberían pagar una renta mensual por el almacenamiento.
Por cuestiones personales la pareja se separó y ella decidió que quería que le implantaran el óvulo fecundado, porque ya tiene más de 40 años y no quería dejar pasar más tiempo.
Le explicaron que de acuerdo con el contrato ambos deberían de firmar de común acuerdo para el procedimiento, él se negó y le dijeron a Martha que debería seguir pagando la renta, o en su caso podía, mediante un contrato donar el óvulo, y recibiría una remuneración.
Este tipo de transacciones son ilegales, pero logran burlar la ley con la figura de que es una donación voluntaria.
En México se aprobó la maternidad subrogada y es la figura jurídica en que se apoyan estos mercenarios para traficar con bebés.
Los y las niñas son “fabricados a la medida de los y las compradoras”, sin importar el futuro que les espera o en manos de quien quedarán.
Las agencias se dan el lujo de tener catálogos obre las características de los bebés, intentando que se acerquen la fisonomía de los compradores.
De ahí que se soliciten donadoras de determinada raza, color de piel, de ojos, estatura etc.
El producto de esta transacción es tratado como una mercancía, y se dan casos de que muchos de estos pequeños sean maltratados o abandonados porque no responden a las expectativas de los padres.
Incluso utilizados para el comercio sexual desde temprana edad.
Aunque oficialmente la esclavitud quedó eliminada en el siglo pasado la mayoría de los países siguen permitiendo este tipo de esclavitud femenina.
Los y las bebés son vendidos aun antes de nacer, señala Nuria González López, autora del libro “Vientres de Alquiler”.
Desde hace algún tiempo varios grupos políticos, sociales y económicos pretenden cambiar la prohibición de los vientres de alquiler establecida por ley en España.
Es decir, quieren regular que el útero de una mujer pueda alquilarse a terceros porque creen que por encima de los derechos humanos de las mujeres está su deseo de ser padres. “Pocos deseos humanos pueden llegar a ser tan fervientes y personales como el de convertirse en madres y padres.
Y es precisamente la conjugación de esas dos cuestiones las que me llevan a escribir este libro. ¿Debe el Derecho ser el elemento definitivo que acote hasta dónde han de llegar las leyes y los estados para satisfacer el deseo de las personas de tener hijos e hijas? ¿En qué términos ha de llevarse a cabo?”, recalca Núria González.
Vientres de alquiler llama a las cosas por su nombre para evitar que la sociedad acabe comprando ―gracias a publirreportajes pagados o testimonios edulcorados― lo que hay de verdad en un negocio patriarcal que se vale de conceptos manipulados para que sean aceptables en la moral pública y esconder la realidad que hay detrás de las palabras que estamos utilizando.
“Hablar de gestación subrogada, de padres comitentes, o de producto, no es lo mismo que hablar de vientres de alquiler, padres contratantes o niños y niñas mercantilizados.
Cuidadosamente se escogen los vocablos más dulces y aceptables para que el conjunto de la sociedad vea admisible una realidad que, si describiéramos con total objetividad y sin las metáforas que nos ofrece la riqueza del lenguaje, sería simplemente insoportable para cualquier persona mínimamente empática con el resto de seres humanos que formamos la comunidad universal”, añade la autora.
El libro cuenta con las aportaciones imprescindibles de voces expertas como la filósofa Alicia Miyares, la periodista y presentadora de El Intermedio Sandra Sabatés y el profesor de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra, Manel Ollé.
Articulo por (aliciayolandar@hotmail.com)
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