Unos científicos de la NASA han analizado datos recolectados por la sonda espacial OSIRIS-REx para despejar dudas acerca de los movimientos de Bennu hasta el año 2300, reduciendo significativamente las incertidumbres relacionadas con su órbita futura, y mejorando la capacidad de predecir su riesgo total de impacto y pronosticar cómo evolucionarán las órbitas de otros asteroides.
“La misión de Defensa Planetaria de la NASA consiste en encontrar y vigilar los asteroides y cometas que puedan acercarse a la Tierra y que puedan suponer un peligro para nuestro planeta”, explica Kelly Fast, directora del Programa de Observaciones de Objetos Cercanos a la Tierra en el cuartel general de la NASA en Washington.
Estos objetos, conocidos como NEOs por las siglas en inglés de “Near-Earth Objects”, son objetos potencialmente capaces de chocar contra la Tierra. Suelen acercarse periódicamente a ella y tienen órbitas poco estables, por lo que una secuencia de incidentes desafortunados podría poner a alguno de ellos en rumbo de colisión contra nuestro planeta.
En el año 2135, Bennu se acercará bastante a la Tierra. Aunque el asteroide no supondrá un peligro para nuestro planeta en ese momento, es vital conocer la trayectoria exacta de Bennu durante ese encuentro para poder predecir cómo la gravedad de la Tierra alterará la trayectoria del asteroide alrededor del Sol, y cómo eso afectará a su vez al riesgo de impacto con la Tierra.
Los autores del nuevo estudio han logrado reducir significativamente las incertidumbres en la órbita de Bennu, determinando que su probabilidad total de impacto hasta el año 2300 es de aproximadamente 1 entre 1.750 (o un 0,057 por ciento). En cuanto a fechas concretas, ha sido posible calcular que el 24 de septiembre de 2182 la probabilidad de impacto será
Otra fecha importante será el 24 de septiembre de 2182, con una probabilidad de impacto de 1 entre 2.700 (o alrededor del 0,037 por ciento).
Aunque las probabilidades de que impacte contra la Tierra son muy bajas, Bennu sigue siendo uno de los dos asteroides conocidos más peligrosos de nuestro sistema solar, junto con otro asteroide llamado 1950 DA.
Antes de abandonar Bennu el 10 de mayo de 2021, OSIRIS-REx pasó más de dos años cerca del asteroide, recopilando información sobre su tamaño (tiene unos 500 metros de diámetro aproximado), su forma, su masa y su composición, al tiempo que monitorizaba su rotación y su trayectoria orbital. La nave también recogió una muestra de roca y polvo de la superficie del asteroide, que entregará a la Tierra el 24 de septiembre de 2023 para que se analice a fondo en laboratorios de nuestro mundo.
El estudio, realizado por el equipo internacional de Davide Farnocchia, de la NASA, se titula “Ephemeris and hazard assessment for near-Earth asteroid (101955) Bennu based on OSIRIS-REx data”. Y se ha publicado en la revista académica Icarus. (Fuente: NCYT de Amazings)