La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que causa inflamación dolorosa en diversas articulaciones en el cuerpo, típicamente en manos y pies.
Se produce hinchazón en las articulaciones afectadas, y la enfermedad puede también destruir el cartílago y el hueso a medida que progresa.
La artritis reumatoide afecta a entre el 0,5 y el 1 por ciento de la población mundial, según algunas estimaciones.
Hasta ahora, no hay cura para la enfermedad, tan solo fármacos para hacer más lento su avance y, como mucho, detenerlo en la fase que haya alcanzado. Estos tratamientos, sin embargo, pueden tener efectos secundarios bastante molestos.
La situación podría cambiar en un futuro cercano, a juzgar por los prometedores resultados que ha obtenido en unos experimentos con ratones el equipo de Farshid Guilak, de la Universidad Washington en San Luis, Misuri, Estados Unidos.
Con el objetivo de desarrollar terapias para la artritis reumatoide con mínimos efectos secundarios, Guilak y sus colegas modificaron células genéticamente de tal modo que, al ser implantadas en ratones, liberan un fármaco biológico en respuesta a la inflamación.
En los experimentos, las células modificadas redujeron la inflamación y evitaron un tipo de daño óseo, conocido como erosión ósea, en un modelo de ratón de artritis reumatoide.
El objetivo final del equipo de investigación es desarrollar terapias para las personas que padecen artritis reumatoide.
El equipo de Guilak expone los detalles técnicos de su tratamiento experimental en la revista académica Science Advances, bajo el título “A genome-engineered bioartificial implant for autoregulated anticytokine drug delivery”. (Fuente: NCYT de Amazings)