· Más de 3.000 investigadores trabajan en una red global para localizar qué factores genéticos están relacionados con la predisposición de infectarse, así como con la gravedad del virus.
Un equipo internacional de expertos ha identificado 13 zonas del genoma humano que están relacionadas con un mayor riesgo de contagiarse de COVID-19, así como con su gravedad, según recoge la revista ‘Nature’.
Son 3.300 investigadores los que han participado en la iniciativa ‘COVID-19 Host Genetics Initiative (Covid-HGI)’, una red global que agrupa datos de 61 estudios en 25 países para analizar más de 50.000 pacientes y dos millones de sujetos de control no infectados. Su objetivo ha sido determinar por qué algunas personas con coronavirus presentan cuadros graves y otras apenas desarrollan síntomas, con resultados que ahora aportan nuevos conocimientos sobre la influencia de la genética en esta enfermedad.
Los investigadores ya sabían que algunos factores de riesgo, como la edad, el estado de salud o condicionantes socioeconómicos, pueden influir en la severidad de la enfermedad, pero por sí solos no explican la variabilidad en la gravedad.
Los genes localizados
Se ha constatado que de los 13 loci (localizaciones en el genoma) identificados por el equipo del Covid-HGI, dos tenían frecuencias más altas entre los pacientes de ascendencia de Asia oriental o del sur de Asia que en los de ascendencia europea, lo que subraya la importancia de la diversidad en los conjuntos de datos genéticos.
En concreto, situaron uno esos dos loci cerca del gen FOXP4, que está relacionado con el cáncer de pulmón y cuya variante genética se encuentra con “mucha más frecuencia” en poblaciones asiáticas e hispanas/latinas, precisa Ganna. La variante FOXP4 asociada al coronavirus severo, prosigue, aumenta la expresión del gen, lo que sugiere que una posible estrategia terapéutica podría estar encaminada a inhibir el gen.
Otros locus asociados a la gravedad del virus incluyeron el DPP9, un gen también implicado en el cáncer de pulmón y la fibrosis pulmonar, y el TYK2, que está relacionado con algunas enfermedades autoinmunes.
Gracias a este extenso estudio, los investigadores también han identificado factores de riesgo causales como el tabaquismo y el alto índice de masa corporal, pero lo novedoso, insiste Ganna, es que “la genética, claramente, despeña un rol significativo en la covid”. “Es un factor más, tan útil para detectar riesgos como puede ser la diabetes tipo 2. Al combinar todos los factores disponibles, podemos mejorar las predicciones sobre susceptibilidad y gravedad”, añade.
Las vacunas también confieren protección contra la infección y la enfermedad, pero todavía hay margen sustancial para mejorar los tratamientos, resalta Ben Neale, coautor del estudio y codirector del Programa de Genética Médica y de Poblaciones en el Broad Institute (EE.UU.). Contar con opciones de tratamiento, arguye, podría ayudar a convertir la pandemia en una enfermedad endémica, más localizada y presente en menor medida entre la población, como ocurre con la gripe.