Por Alicia Yolanda Reyes.

Es una afección que causa problemas en las relaciones personales, familiares e incluso laborales de quienes la padecen, convivir con una persona con esas características no es fácil, ya que la familia no alcanza a comprender porque un día su hijo o hija, e incluso su pareja, amanece con mucha energía, conversa muy animada sobre sus futuros planes, y a los dos días muestra apatía, pocas ganas de trabajar, está irritable, y todo le molesta.

Carmen es una chica muy sociable, desde niña se le facilitaba hacer amistades, sin embargo, muchas de ellas se alejaban al poco tiempo al no entender sus repentinos cambios de humor, otras simplemente preferían alejarse cuando la notaban “malhumorada”, y regresar después.

Carlos un amigo de Carmen conto en una ocasión, “de verdad que Carmen puede ser la mejor amiga del mundo, empática, divertida, y muy cooperadora, pero cuando algo la frustra no hay quien la aguante, así que lo mejor es dejarla sola en esos momentos y esperar a que se le pase y vuelva a ser la misma chica encantadora”.

El trastorno de bipolaridad se presenta en las personas con algunos síntomas de distinta intensidad, algunos más claros y evidentes que otros.

Los principales signos y síntomas de manía y la hipomanía son:
Incremento de energía, hiperactividad, inquietud.
Autoestima exaltada o sentimientos de grandiosidad.
Irritabilidad extrema.
Pensamiento en cascada, lenguaje rápido.
Disminución de la necesidad de dormir
Gastos y compras excesivas
Hiperactividad sexual.
Abuso en el consumo de sustancias.
En caso de los síntomas depresivos:
Sobresalen:
Abatimiento del ánimo
Humor depresivo
Sentimiento de desesperanza o pesimismo
Sentimiento de culpa, inutilidad o de abandono.
Pérdida de interés en actividades cotidianas.
Dificultad para concentrarse, disminución en la memoria y capacidad para tomar decisiones.
Dolores crónicos, o quejas somáticas.
Ideas de muerte o de suicidio.

Jacobo Brofman, doctor en Ciencias del Comportamiento, académico de la Universidad Panamericana explica que de un momento a otro, la persona puede amanecer con sentimientos de euforia, lo que se conoce como episodio maniaco, está activo duerme poco, trabaja mucho, hasta 16 horas sin parar, tiene mucho apetito, habla muy rápido, anda emocionado y no se agota.

De pronto después de unos días, ya no tiene motivación, no quiere salir, no tiene apetito, tiene ideas de que ya nada vale, nada tiene sentido.

Estos pacientes deben acudir a un psiquiatra, ya que es importante que se les dé un tratamiento farmacológico, lleven un control estricto y acudan a terapia psicológica.

Una persona con bipolaridad que recibe un tratamiento adecuado logra llevar una vida normal, con ligeras recaídas, por lo que es importante tener un buen diagnóstico de especialistas de salud mental (aliciayolandar@hotmail.com)