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Efectos Secundarios de los Medicamentos

Dr. Leonel Argüello Yrigoyen, médico Epidemiólogo
Los medicamentos son esenciales para tratar diversas enfermedades, pero pueden causar efectos secundarios, que son reacciones no deseadas que ocurren además de los beneficios terapéuticos. Estos efectos varían según el medicamento, la dosis, la duración del tratamiento y la respuesta individual. Pueden ocurrir efectos secundarios gastrointestinales, alérgicos, en el sistema nervioso, aparato cardiovascular, piel, metabolismo, hormonas, hígado y riñones.

Antibióticos o analgésicos pueden causar náuseas, diarrea, estreñimiento o dolor abdominal. Algunos medicamentos provocan reacciones alérgicas, como erupciones, hinchazón o dificultad para respirar. En casos graves, puede haber reacciones anafilácticas que requieren atención urgente.

Medicamentos como ansiolíticos o antidepresivos pueden causar mareos, somnolencia o alteraciones del estado de ánimo. Medicinas para la hipertensión o los betabloqueantes pueden alterar la presión arterial o provocar palpitaciones. Algunos fármacos pueden causar erupciones, sequedad o sensibilidad al sol. Pueden generar cambios de peso o alteraciones en el equilibrio hormonal, como en los niveles de azúcar en sangre. Y también afectar el hígado o los riñones, especialmente con su uso prolongado.

La probabilidad de experimentar efectos secundarios depende de varios factores, como la edad, ya que los niños y ancianos son más susceptibles. La genética también juega un papel importante, así como las interacciones medicamentosas si se toman varios fármacos al mismo tiempo. Además, el estado de salud general del paciente, como tener enfermedades preexistentes.

Para evitar o reconocer posibles efectos secundarios de los medicamentos, los pacientes deben tener en cuenta varios aspectos clave: lea el prospecto o las instrucciones que vienen con el medicamento, siempre pregunte a su médico si le puede dar y si hay alguna interacción con las medicinas que usted está tomando, incluyendo medicamentos naturales u otros. Seguir estrictamente las indicaciones sobre la dosis y el horario de administración, es importante saber si el medicamento debe tomarse con alimentos, en ayunas o en un horario específico.

Si usted tiene problemas hepáticos, renales, cardiovasculares o alergias pueden estar más predispuesta a sufrir
efectos secundarios, por eso informe a su médico para que le aconseje y disminuya riesgos. No debe interrumpir el tratamiento sin consultar al médico. Algunos efectos secundarios son temporales y desaparecen con el tiempo. El médico puede ajustar la dosis o cambiar el medicamento si es necesario. Existen algunos medicamentos que requieren un monitoreo constante (como análisis de sangre o pruebas hepáticas) para detectar posibles efectos secundarios antes de que se vuelvan graves.

Debe estar alerta a cualquier síntoma nuevo o inusual que aparezca después de iniciar el tratamiento. Si experimenta reacciones como erupciones cutáneas, hinchazón, dificultad para respirar, mareos, o cualquier otro síntoma grave, debe buscar atención médica inmediatamente.

Cada medicamento es prescrito para una persona específica, teniendo en cuenta su estado de salud, historia médica y necesidades particulares. Compartir medicamentos con otros puede ser peligroso, ya que los efectos secundarios pueden variar de una persona a otra.

Si bien muchos efectos secundarios son leves y temporales, es importante no ignorarlos. En caso de reacciones graves, se debe buscar atención médica inmediata. Para efectos molestos, pero no peligrosos, se debe consultar al médico para ajustar el tratamiento.

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