¿Qué controles de salud se realizan en infantes?
Dr. Leonel Argüello Yrigoyen, médico Epidemiólogo
Desde que nacemos, avanzamos en un proceso de vida que nos lleva a la vejez y en la medida que sea saludable tendremos una mayor calidad de vida. Cada etapa conlleva cambios, lo mismo sucede con los controles de salud según nuestra edad. Estos chequeos permiten detectar problemas de salud antes de que se conviertan en graves, ayudando a mantener un buen estado físico y emocional a lo largo del tiempo.
Durante la infancia (0-12 años), la prevención y el monitoreo o seguimiento del desarrollo son fundamentales. Los exámenes de control en esta etapa están orientados principalmente al crecimiento físico, al desarrollo cognitivo y emocional, así como a la prevención de enfermedades. Por ejemplo, se controlan el peso, talla o altura y perímetro craneal o medida de la circunferencia de la cabeza y se van evaluando las tendencias. Se evalúan los reflejos primitivos (como el de succión, prensión) y el desarrollo motor (cuando empiezan a levantar la cabeza, gatear, caminar).
Los chequeos de rutina son cada 2-3 meses durante el primer año y luego de manera anual hasta los 2-3 años, a menos que se detecten problemas de salud específicos que requieran seguimiento más cercano.
Se enfocan en el crecimiento físico, la nutrición y el desarrollo psicomotor. Se realiza un examen físico completo de corazón, pulmones, abdomen, caderas, ojos, oídos, piel, etc. Se revisa si el infante responde a estímulos visuales y sonoros. Se revisa el desarrollo cognitivo, de lenguaje y habilidades sociales (el bebé sonríe, emite sonidos, sigue objetos con los ojos, etc.).
Se revisa cómo se está relacionando con otros niños y adultos, el lenguaje, el juego simbólico, y la capacidad de seguir instrucciones.
Las vacunas son un componente clave en esta etapa. Asegurarse de que los niños reciban todas las inmunizaciones recomendadas por el Ministerio de Salud es vital para prevenir enfermedades infecciosas como Poliomielitis, Hepatitis B, Rotavirus, Difteria, Tétanos, Tosferina, Sarampión, entre otras.
A partir del primer año, se realizan exámenes para detectar problemas visuales o auditivos que podrían afectar el desarrollo del niño. En algunos casos, los médicos pueden recomendar análisis de sangre para evaluar niveles de hierro, colesterol o para detectar posibles trastornos metabólicos congénitos o enfermedades genéticas raras.
Se asesora sobre la lactancia materna o la alimentación con fórmulas, así como el inicio de la alimentación complementaria alrededor de los 6 meses.
Además de estos chequeos, se revisan los antecedentes familiares, hábitos de sueño, y comportamiento. Es importante iniciar el control con el odontólogo para prevenir caries y otros problemas dentales, así como detección de problemas de visión y audición.
En caso de que haya preocupaciones sobre el rendimiento académico o el comportamiento, se pueden realizar evaluaciones para detectar problemas como dislexia, déficit de atención o dificultades de aprendizaje. Recuerde el adulto es responsable del cuidado de salud de sus hijos e hijas y nunca es tarde para comenzar.