¿Qué controles de salud se realizan en adolescentes?
Leonel Argüello Yrigoyen, médico Epidemiólogo
La adolescencia, que va de los 10 a los 19 años, es una etapa de muchos cambios hormonales y emocionales. Además de los exámenes de salud básica, es importante prestar atención a la salud mental y a los riesgos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) para que puedan tomar decisiones informadas y responsables.
Se realiza un examen físico general que incluye medición de peso y altura, examen de la piel, vista y audición, tensión arterial, revisión del corazón y examen de los testículos. Se realizan exámenes de laboratorio para precisar los niveles de colesterol, glucosa en sangre, hemoglobina para descartar anemia, pruebas de función hepática y renal e infecciones de transmisión sexual.
Es importante el cuidado dental regular para prevenir problemas en las encías, caries y el mal aliento. Es necesario averiguar los antecedentes familiares o síntomas para dirigir más exámenes.
Se realiza un seguimiento del crecimiento, incluyendo la madurez sexual, la postura, la salud ósea, la higiene o cuidado personal, la función pulmonar y cardiovascular. Se observa el inicio y progreso de la pubertad. En niñas, el desarrollo de los senos y la regularidad de la menstruación, y en niños, el crecimiento de vello facial y corporal, la voz y el desarrollo de los genitales. Se aplica reforzamiento de algunas vacunas como el tétanos, la difteria y la tosferina, hepatitis B, sarampión-rubéola-parotiditis (MMR), varicela y la vacuna contra el VPH (virus del papiloma humano), que previene ciertos tipos de cáncer.
Se deben realizar orientaciones sobre salud sexual, prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS), anticoncepción y el embarazo adolescente. A partir de los 18 años o antes, si la adolescente es sexualmente activa, se recomienda la primera consulta ginecológica.
Dado que la adolescencia es un período crítico para el desarrollo emocional, se debe estar atento a la salud mental, posibles signos de ansiedad, depresión, trastornos de la conducta alimentaria y los comportamientos de riesgo, como tabaquismo, alcoholismo y consumo de drogas, así como la presencia de conductas violentas o autolesivas, rendimiento académico o el comportamiento en la escuela. Se puede referir a un psicólogo o psiquiatra si es necesario.
Se debe conocer sus hábitos y estilo de vida, entre ellos se evalúa la actividad física, el ejercicio, consumo de alimentos o dieta y nutrición, el sueño y la prevención de accidentes. Se aconseja sobre una alimentación equilibrada y nutritiva, la importancia de la actividad física para prevenir la obesidad y enfermedades relacionadas. Aquí se incluye precisar el entorno familiar y de amistades, problemas y bullying o acoso escolar físico, verbal, social o cibernético a través de redes sociales y sexual como comentarios, insinuaciones, tocamientos o agresiones.
Es importante que los controles de salud para adolescentes sean periódicos, adaptados a las necesidades individuales y fomenten una relación abierta con los profesionales de salud para abordar cualquier preocupación que puedan tener.
Recordemos que la adolescencia están construyendo su identidad y autoestima, autonomía y toma de decisiones, manejo de emociones, apoyo emocional, relaciones de pares, aceptación social, comunicación efectiva, educación y aprendizaje, orientación vocacional, estimulación intelectual, protección física y emocional, independencia con límites claros y consistentes, disciplina, prevención de riesgos, apoyo y conexión familiar para tomar decisiones informadas y desarrollar las habilidades necesarias para enfrentar los retos propios de esta etapa de la vida.