La enfermedad de Parkinson es el segundo padecimiento neurodegenerativo más frecuente en México, afecta a cerca de 500 mil personas
Por Alicia Yolanda Reyes.
Martha acaba de cumplir 70 años, ella fumo desde muy joven, al igual que su marido, cuando inicio con problemas bronquiales, y ante la imposibilidad de dejar de fumar, intento con el cigarrillo electrónico, promovido como una alternativa para abandonar el hábito tabáquico.
El cigarrillo electrónico no funcionó, empezó a consumir ambos productos, su salud empeoró, le detectaron osteoporosis, cuando una madrugada al pararse para ir al baño sintió que “algo le tronó”.
El médico le explicó que se había fracturado tres costillas y que la única forma de sanar era guardar reposo, también le dijeron que su grado de osteoporosis era muy avanzado, con riesgo de sufrir nuevas fracturas.
Cuando reportó su adicción a la nicotina el médico le aconsejó acudir a terapia para dejarlo, después de varios intentos lo logró.
Hace 10 años, inicio con dificultades para caminar, temblor en extremidades superiores, sensación de pérdida de equilibrio al caminar.
Los estudios reportaron que padecía Parkinson se le empezó a medicar y logró cierta estabilidad, pero depende de un bastón para movilizarse y evitar caídas.
La enfermedad de Parkinson es el segundo padecimiento neurodegenerativo más frecuente en México, afecta a cerca de 500 mil personas de entre 45 a 60 años, señala la neuróloga Mayela Rodríguez, responsable de la Clínica de Parkinson y de Trastornos del Movimiento del Instituto de Neurología y Neurocirugía de la Secretaría de Salud.
Puntualiza que este padecimiento se origina cuando las células cerebrales encargadas de producir dopamina, que es el neurotransmisor más importante del sistema nervioso central dejan de funcionar, lo que conlleva a que exista deterioro de la conducta motora, que se traduce en la disminución de la movilidad.
La profesional de la salud asevera que, si bien no es curable, si se puede hacer un diagnóstico temprano y ofrecer un tratamiento que ayude a que avance de una forma más lenta.
Los tratamientos buscan preservar lo más posible la calidad de vida de las personas afectadas, pero no es curativo.
El trastorno del sueño, la falta de olfato llega a aparecer hasta 20 años antes del diagnóstico, aunque pocas personas relacionan esta situación con dicha enfermedad.
En etapas avanzadas de la enfermedad se pueden presentar alucinaciones, problemas para caminar, para deglutir y alteraciones de la memoria
Es importante que las personas diagnósticas con Parkinson realicen terapia física, tomen sus medicamentos, procuren tener actividades sociales, para retrasar los efectos de la enfermedad.
Martha comenta que cuando se olvida de alguna toma de sus medicamentos, sus manos empiezan a temblar, e incluso en ocasiones sufre de cierta confusión mental.
“Cuando esto sucede, mis amigas o familiares que están cerca me recuerdan que no me he tomado mi pastilla”.
A sus nietas les dice que se arrepiente de haber fumado tanto, y les ruega que ellas no lo hagan, que tomen el ejemplo de lo que están viendo
La neuróloga Mayela Rodríguez, señala que en ocasiones se realiza una intervención quirúrgica para llevar a cabo una estimulación cerebral profunda por medio de electrodos que hacen que trabajen las neuronas productoras de dopamina, con esta cirugía en algunos casos se logra reducir hasta en 80 por ciento los fármacos.
Pero especificó que no todas las personas afectadas con esta patología son candidatas a dicha intervención, y que no es curativa. (aliciayolandar@hotmail.com)