La llamada maternidad subrogada o vientre en alquiler se ha convertido en un gran negocio, en el que los derechos humanos de las madres gestantes y las y los bebés se convierten en mercancía, sin ningún tipo de derecho, señaló la escritora Nuria González, en la presentación de su último libro Vientres de Alquiler. La mala Gente.
Ejemplificó con el caso del cantante español Miguel Bosé quien junto con su pareja compraron cuatro bebés a quienes registraron como sus hijos.
Para ser “equitativos” dos a nombre de cada miembro de la pareja, los chicos crecen como hermanos y 10 años después Bosé y su pareja se divorcian y se reparten los niños.
Dos se van a vivir a España con uno de los padres y dos se quedan en México con el cantante.
A nadie pareció importarle el efecto que esto tendría en los menores, finalmente fueron tratados como objetos de su propiedad.
La autora señala que los vientres de alquiler o maternidad subrogada, o cualquier nombre que se lede a la misma. Es en realidad explotación reproductiva de las mujeres y transacción de menores.
Es un contrato en que una de las partes, la madre gestante, siempre se encuentra en situación de desventaja y vulnerabilidad frente a la otra parte que adquiere el bebé.
“Dicho contrato viola todos los derechos humanos de las mujeres y los niños, ya que lo coloca en una situación de esclavitud frente a las empresas que facilitan la renta de mujeres”.
Durante la presentación de su libro Vientres de Alquiler La Mala Gente, convocada por el colectivo feminista Parité, la autora española y estudiosa del tema desde hace más de diez años, aseveró que los seres humanos no se pueden comprar ni vender, tampoco regalar, puesto que son personas con todos sus derechos. Ni siquiera las madres pueden decidir regalar a sus hijos e hijas, puesto que no son propietarias de sus vidas. Enfatizó: “Son madres, no dueñas.”
Expreso que en México se está promoviendo una Ley para que se implante la industria de los vientres de alquiler.
Con esto se afecta a la población más desprotegida las mujeres de escasos recursos.
Otro de los riesgos que se corre con la maternidad subrogada es que los y las pequeñas sean utilizados para la extracción de órganos, como ya se ha detectado en algunos países en que adquiere un bebé cuando se tiene un hijo enfermo para utilizar sus órganos.
Nuria González denunció que En el 2018 en México se invirtieron más de seis mil millones de dólares en este tipo de transacciones, en donde las madres gestantes reciben una mínima parte y las empresas intermediarias se enriquecen, se estima que de seguir así en el 2035 se moverán 65 mil millones de dólares en esta industria Señaló que ya se han detectado casos de mujeres que en etapa avanzada del embarazo son contactadas y llevadas con engaños a supuestas ONGS que ofrecen darles ropa o alimentos y al final las asesinan y comercian con el recién nacido.
Es pues urgente que la Suprema Corte de la Nación legisle en ese sentido para evitar que esta situación prolifere en el país.
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Magnífico artículo , muchas gracias!