La injerencia de la industria tabacalera en los altos círculos de poder ha quedado evidenciada nuevamente, con la aprobación de la Suprema Corte de Justicia de declarar inconstitucional la prohibición absoluta de productos no derivados del tabaco que se identifiquen como tales.
Sin embargo, aclaró más tarde que” la Suprema Corte no se pronunció a favor de permitir la comercialización de cigarros electrónicos, pues la cuestión planteada fue únicamente si la prohibición es constitucional”.
En todo esto se ve el cabildeo que realiza la industria tabacalera en el Congreso, en la Suprema Corte e incluso en la presidencia para seguir importando y comercializando los cigarrillos electrónicos o vapers, con el argumento de que es una forma de dejar de fumar.
Aseveran que los vapeadores son menos dañino que el cigarrillo tradicional, cuando se ha demostrado que han causado fallecimientos.
En San Luis Potosí se documentó el caso de un adolescente que falleció por “vapear”, en Estados Unidos se tiene el registro de más casos, e incluso de algunos de estos aditamentos han explotado en la cara o en los bolsillos de los usuarios, causando graves quemaduras.
Al siguiente día de que la Suprema Corte falló en contra de prohibir su comercialización, durante la Mañanera el presidente Andrés Manuel López Obrador, señaló que, en el caso de los cigarrillos electrónicos, la Secretaría de Salud sostiene que son dañinos, que no se deben de permitir, y que no se debe permitir su importación. Si la Corte tomó una decisión para permitirlo, nosotros tenemos que buscar otras formas para impedir que se dañe la salud. No puede estar el mercantilismo, encima de la salud, eso lo vamos a revisar. No es cosa concluida porque se daña a la salud. No se trata de desobedecer, se buscará otro mecanismo”.
Agregó que son muchos intereses, que no entendía como los empresarios que promueven esto no piensan en el prójimo.” Cómo producir algo que les hace daño a los semejantes, a sus hijos a sus hijas, a sus nietos. Todo por la ambición al dinero”.
El mandatario resaltó que incluso muchos de estos empresarios profesan alguna religión.
Por lo pronto estos mismos empresarios siguen ofertando su producto a través de redes sociales a la que tienen acceso los jóvenes y pagando a líderes juveniles para que promuevan el cigarrillo electrónico, como algo lúdico, no dañino.
Todo lo anterior se da en el marco de la exigencia de la sociedad civil para que el Senado de la República apruebe las Reformas a la Ley General Para el Control del Tabaco que incluye la prohibición de permitir que en espacios cerrados de hospitalidad, se permita el uso del cigarrillo electrónicos.
Las reformas ya fueron aprobadas por los y las Diputadas en la pasada Legislatura y solo falta que el Senado la apruebe para su publicación.
La salud de la población, como bien lo señalo el presidente debe de estar por encima del negocio. Las y los Senadores deben de entender que su obligación está con la población mexicana y no con las tabacaleras .