Lucy tiene 80 años, toda su vida desde niña bebía agua a lo largo del día, sin embargo al llegar a la tercera edad y darse cuenta que eso la hacía orinar con frecuencia, empezó a limitar la ingesta del vital líquido, para evitar entrar al sanitario con frecuencia cuando salía a la calle. Unas amigas le aconsejaron beber poca agua en la noche para no tener que levantarse durante el sueño, así fue como se acostumbro a beber solo pequeños traguitos acompañando los alimentos, eso provocó que empezara a sufrir de infecciones de vías urinarias, que ella no relacionaba con el poco líquido que consumía.
Rosy por su parte aseveraba que no le daba sed a lo largo del día, hasta que empezó a orinar con restos de sangre, ella tampoco relacionaba esa situación con la baja ingesta de agua.
La infectóloga Patricia Campos señala que la infección en las vías urinarias es más frecuente en las mujeres que en los hombres, que además de la pobre ingesta de agua, está relacionada con una mala técnica de limpieza a la hora de orinar, ya que es común que las personas retiren lo restos líquido del área genital de atrás hacía adelante, cuando lo adecuado es de adelante hacía atrás para evitar contaminar el área con restos de excremento que pueden estar presentes en el perineo, aunque no sean visibles a simple vista.
La infección de las vías urinarias se produce en cualquier parte de del sistema urinario: los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra.
La infección que se limita a la vejiga puede ser dolorosa y molesta y llega a tener consecuencias graves si se extiende a los riñones.
Por regla general los médicos/as tratan las infecciones de vías urinarias con antibióticos, pero no es conveniente automedicarse.
Los síntomas más comunes son:
– necesidad imperiosa de orinar
-sensación de ardor al orinar
-orinar frecuentemente en pequeñas cantidades
-orina de aspecto turbio
-orina de color rojo, rosa brillante, o marrón. Estos últimos son signos de sangre en la orina.
– olor fuerte y dolor pélvico alrededor del hueso púbico.
Según el área afectada por la infección serán los síntomas
Cuando es a nivel del riñón lo que se conoce como pielonefritis aguda se sufre de dolor de espalda, fiebre alta, temblores y escalofríos, náuseas y vómitos.
En el caso de infección de la vejiga, conocida como cistitis: se caracteriza por presión en la pelvis, molestia en la parte inferior del abdomen, así como micciones frecuentes y dolorosas y ocasionalmente sangre.
Cuando la infección está a nivel de uretra, se percibe sensación de ardor al orinar y ligeras secreciones.
La cistitis está relacionada por la bacteria Escherichia Coli, un tipo de bacteria que se encuentra en el tracto gastrointestinal. Aunque existen otras bacterias que pueden estar presentes.
El profesional de la salud antes de recetar cualquier tratamiento debe ordenar un examen general de orina y un cultivo de orina, junto con un antibiograma, que permita conocer cual es el medicamento adecuado, para cada caso.
Existen medidas de prevención contra las infecciones: además de una adecuada higiene del área genital; la ingesta de líquidos, por lo menos dos litros de agua, el consumo de vitamina C y algunas frutas como el arándano y los cítricos.
Es de suma importancia acudir a vaciar la vejiga cada que se sientan deseos, el aguantar por pena o por “terminar de hacer alguna cosa”, es un hábito muy dañino que a la larga puede causar problemas graves.
Así que hay que visitar al médico en cuanto se tengan molestias y seguir las indicaciones al pie de la letra, de esta manera se tendrá una mejor salud, y se evitarán complicaciones.
El agua es vida, hay que tenerlo presente y en el caso de las personas mayores, alentarlas para que beban con frecuencia a lo largo del día.