La vacuna anti COVID19 que esté a nuestro alcance es la debemos ponernos, respondió un destacado epidemiólogo mexicano cuando le pregunté cual era el mejor fármaco para protegernos del SARS COV2. Él no distingue entre mejor y peor, sino entre evitar enfermarse y quedar a expensas del virus que nos cambió la vida desde inicios del 2020. Esta afirmación me llevó a investigar – más allá de tintes políticos- que tan aceptadas son las vacunas chinas, que han sido las más castigadas por los medios occidentales. Pero una cosa es lo que dicen los medios -generando dudas sobre su efectividad- y otra, la que describen los virólogos.
A pesar de las campañas, China colocó sus biológicos anticovid en al menos 90 países, incluso en algunos que tienen organismos reguladores en extremo rigurosos para aprobar medicamentos. En Europa central y oriental, Hungría y Polonia decidieron adquirir millones de dosis de Sinopharm y Sinovac. Lo mismo hicieron países de Medio Oriente como Emiratos Árabes Unidos, donde Sinopharm fue rebautizada como Hayat – Vax, que en árabe significa “vida”. Ambas vacunas fueron aprobadas por la OMS por su alta efectividad.
De este lado, en el continente americano, se habìan recibido hasta finales de junio 165 millones de dosis de vacunas desarrolladas por las farmacéuticas Sinopharm, Sinovac y Cansino Bio. México por ejemplo, no solo compró 10 millones de dosis sino que negoció con los chinos envasar la Cansino en un laboratorio local. Claro, esto después que los fármacos pasaran por una rigurosa evaluación. Epidemiólogos mexicanos de renombre afirman que las inyecciones del país asiático son confiables y eficaces para prevenir los casos graves de la enfermedad y lo saben porque son las mismas que se han aplicado a la población china y que le han permitido controlar la epidemia.
Eficacia de las vacunas chinas.
Hay tres vacunas Chinas disponibles en estos momentos. El doctor Gustavo Olaiz, un destacado epidemiólogo mexicano que dirige el Centro de Investigaciones en Políticas, Población y Salud (CIPPS), opina que “los chinos han hecho un enorme esfuerzo para generar y producir vacunas, a gran velocidad y con muy buenos niveles de seguridad. Aquí tal vez el punto más complejo es que poseemos poca información de ellas en comparación con las demás, pero tenemos la experiencia de haberla aplicado en México y nos ha ido bien. También la Coronovac ha tenido muy buenos resultados en el ejercicio que hicieron en Chile” y otros países, afirmó.
“Tuvimos la posibilidad de revisar con los chilenos algunos de estos resultados y la verdad son espectaculares, aparentemente es una vacuna de muy buena calidad. México ya tiene una o dos de estas vacunas licenciadas para su uso y creo que han habido resultados muy buenos”.
Olaiz dice que muchas vacunas contra la #COVID19 registran una efectividad relativamente baja,- por el orden del 50 o 60 por ciento-, pero que esa no es la mejor forma de medir si conviene ponerse o no la vacuna. Lo que procede, acota, es ver que tanto previene de tener efectos severos o la muerte al contraer la COVID19 y en eso, todas están resultando ser muy efectivas. “Al vacunarnos, sí podemos tener la enfermedad, pero de ahí a que ésta sea grave o nos lleve a la muerte pues y si se da, es un proceso realmente muy raro.
“Muchos países que usan vacunas fabricadas en China han expresado que son seguras y confiables, y que además, han jugado un buen papel en sus esfuerzos de prevención de la epidemia”, agregó.
Comparte este punto de vista la doctora Dra. Celia Alpuche Aranda, Directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública de México.
Ella dice que el estudio sobre las vacunas que más le gusta es el chileno. “La verdad tiene unos datos muy buenos, y son púbicos. Establece que la CORONAVAC tiene una protección muy buena, por encima del 80%.. También es de confiar la Sinovac porque tiene una protección prácticamente del 100% en formas graves. Esos estudios muestran que el fármaco funcionó aún con una extensión de la cepa brasileña, y de la de Londres, dijo. A su juicio, Brasil también ha hecho hecho un seguimiento de la vacuna, pero “es acotado porque estudian nada más a los trabajadores de salud, que tienen una mayor propensión a contraer COVID-19 que la población general y a eso se debe que haya una menor tasa de efectividad”.
– Butantan ha dicho que es buena la Coronavac, le comento y reacciona:
“Claro que es buena. Lo digo porque estoy viendo los datos chilenos gracias a que estoy en el grupo de trabajo de Covid-19 de la OMS y si, me sorprendí cuando vi los resultados de ese ensayo, y todavía Sinovac nos mostró un poco más…
– ¿A su juicio, cuál de las vacunas chinas es la más avanzada?
“Sinovac y Sinopharma son vacunas que funcionan bién. A mi madre le pusieron Sinovac en Campeche, y yo lo acepté, porque ofrece una buena protección contra las formas graves de la enfermedad. Son datos que vi en el estudio chileno y que me dieron mucha tranquilidad”.
– ¿Entonces las recomienda?
“Sin duda las recomiendo. Si tu ves el estudio brasileño dice que nada más funciona 50.4%, pero como te decía son estudios basados en la aplicación a personal de salud que son los más expuestos. Sin embargo, si ves los datos de Turquía, donde funcionó al 91.3%, o los de Indonesia o Pakistán, donde registraron una eficacia del 78.5%…pues recomiendas la vacuna y te digo mas: es erróneo comparar los estudios de una vacuna con otra porque todas tienen definiciones de casos diferentes, poblaciones de estudio diferente, etc. Tienes que verlo a fondo hasta comprobar si la eficacia está por arriba del 50%? Si es así, sirve. Y si protege en más del 80% en formas graves, entonces sirve la vacuna”.
– ¿Los chinos tienen experiencia en vacunas?
-“Sí, ellos tienen desde hace mucho su propia producción de vacunas.
– ¿No han provocado trombos las vacunas chinas anticovid?
“La de Cansino, de una dosis, que se ha aplicado aquí en México, no ha tenido ese problema aunque es adenoviral, como las de Pfizer o Moderna, pero esas si han producido trombos”.
– ¿Y la de Sinovac?
“No. Es de virus inactivo, que significa que están muertos todos los virus”.
-¿Y hay datos de alergias?
“Si se han presentado reacciones de alergia, pero muy leves”
México ha comprado vacunas a muchos países luego de un exhaustivo proceso de evaluación por parte de varios Comités. Uuno de ellos es Conacyt, que tiene un comité de ciencia y tecnología para vacunas anti Covid, y está integrado por un equipo multidisciplinario de infectólogos, metodólogos, virólogos e inmunólogos, quienes analizan los detalles científicos y los estudios que se hacen alrededor de las vacunas. Otro filtro para evaluar los fármacos es el Comité Técnico Asesor de la Secretaría de Salud, el Consejo General de Salubridad y COFEPRIS, que finalmente decide si se acepta o no determinada vacuna. Y México compró la SINOVAC y la CANSINO luego de revisarlas a detalle.
La ventaja de la Sinovac, que fue aceptada por la OMS, es que al ser un virus inactivado, no produce enfermedad y tiene una eficacia vacunal del 78% más o menos, y digo más o menos porque varía la eficacia de acuerdo al lugar y al momento del ensayo. Por ejemplo, en Turquía fue de 91% la eficacia, mientras que en Costa Rica fue del 78%, pero en general tener un 78% de eficacia habla de una buena vacuna, afirma la Dra. Rosa María Wong, jefa de la subdivisión clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM.
– Tienen ventajas las vacunas chinas?
“La SINOVAC, por ejemplo, es poco reactogénica, funciona muy bien en los adultos mayores de 60 años, y se ha reportado que el 98% de las personas inoculadas producen anticuerpos protectores, o sea que tiene una respuesta celular muy alta. En México se hicieron varios estudios para la fase 3 con la CANSINO entre 15 mil voluntarios sanos, los cuales revelaron una efectividad del 65% con una sola dosis. Desde el punto de vista salud pública es mucho mejor tener una sola dosis, porque mucha gente no regresa por una segunda dosis sobre todo aquellos que viven en la sierra, donde se dificulta hallar lugares para refrigerar el fármaco. Y eso es un problema, imagínate la vacuna de Pfizer que se tiene que guardar a menos 70 grados centígrados en ultra congeladores, lo cual la limita a ciudades muy grandes. En cambio, la vacuna china se conserva entre dos y ocho grados centígrados y es una sola dosis”.
La doctora Wong dice que es mejor tener menos eficacia en mucha gente, que registrar 94% en un grupo chiquito. “A nivel de salud pública se necesita tener la mayor cantidad de personas con algo de inmunidad para evitar la muerte y los casos graves”, apunta.
Así que todo indica que en México están contentos con las vacunas de China, primer país en confirmar su plan para inmunizar a personas de entre tres y 17 años con Coronavac, que registra una efectividad del 96%, según los resultados de un ensayo clínico publicado por la revista científica The Lancet, el cual sugiere que es segura y que desencadena una fuerte respuesta de anticuerpos entre los menores.
Tanto la eficacia como la confianza y el costo de las vacunas chinas las ha vuelto esenciales para la lucha mundial contra el nuevo coronavirus, sobre todo para el mundo en vías de desarrollo porque sus dosis pueden mantenerse a temperaturas refrigeradas y son más fáciles de transportar, a diferencia de las fabricadas en EE.UU.
Por su parte, el Dr. Olaiz, quien sufrió trombos a los 20 días de haberse inyectado una de las primeras vacunas occidentales autorizadas por la OMS, aclara que ningún fármaco previene por completo la transmisión y las personas aún pueden enfermarse después de ser vacunadas, pero las inyecciones si son eficaces para prevenir los casos graves de la COVID19 y mantener bajas las tasas de mortalidad.
Es más, los epidemiólogos mexicanos están esperanzados porque reportes recientes indican que las vacunas chinas tienen cierto grado de efectividad para reducir el riesgo de los casos sintomáticos y graves causados por la temida variante delta de la Covid-19, que es la más contagiosa y por tanto, ha vuelto a encender las alarmas.