· Alto porcentaje de personas que padecieron el Covid se quejan de la falta de sueño
Sara tiene 60 años, hace aproximadamente un año dio positivo al COVID19, aunque no requirió de hospitalización, tuvo problemas bronquiales por más de dos meses, opresión en el pecho y una tos que le impedía descansar.
El neumólogo Rubén Santoyo Ayala, subdirector del Centro Médico de Occidente, aseveró que ese tipo de problemas son frecuentes porque los pulmones quedan afectados por varios meses.
La falta de sueño, o despertarse a medianoche o en la madrugada es otra de las secuelas del Covid19 en un alto porcentaje de personas que temen por su salud e integridad física.
Por su parte la médica Martha Guadalupe Torres Fraga, responsable de la Unidad de Medicina del Sueño del INER, señaló que de acuerdo a las consultas que se brindan a personas recuperadas del COVID19 se ha encontrado que los trastornos como el insomnio y la apnea de sueño es una de las secuelas más frecuentes que se atienden en la consulta médica.
Puntualizó que se ha dado seguimiento a un centenar de personas que han recibido atención y tratamiento por insomnio y estrés postraumático relacionado con la pandemia.
La especialista informó que en la unidad de medicina del sueño del iner de atiende a pacientes que se recuperaron del covid 19.
ambos especialistas recordaron que el sueño tiene una función vital en todas las etapas de la vida de las personas, ya que es durante esa fase que se llevan a cabo procesos biológicos indispensables para el crecimiento, la consolidación de la memoria, el aprendizaje y la estabilidad cardiovascular entre otros.
de acuerdo a la evidencia científica el sueño es vital para la salud integral por lo que es importante mantener una rutina diaria como establecer horarios para acostarse cada noche y levantarse por la mañana.
Evitar la ingesta de alcohol, tabaco y cafeína en las horas previas a irse a la cama.
Cenar ligero por lo menos tres o cuatro horas antes de dormir, evitando picantes y condimentos.
Si acostumbra hacer ejercicio, lo cual es muy saludable, realizarlo por lo menos dos horas antes de dormir
Si acostumbra tomar siesta durante el día, que ésta no sea mayor a 45 minutos, para evitar que interfiera con el sueño nocturno.
Evitar el uso de teléfonos celulares y computadoras por lo menos dos horas antes de ir a dormir., ya que la luz que emiten interfiere con los ciclos de vigilia sueño.
Dormir en una habitación ventilada, con ropa cómoda, y la menor cantidad de luz posible ayudan a tener un sueño reparador.
Cada persona tiene un patrón y un requerimiento de sueño distinto de acuerdo a la etapa de la vida en que se encuentre.
Los recién nacidos requieren dormir entre 16 y 18 horas. Los preescolares 12 horas; los escolares 10 horas; los adolescentes y personas adultas entre 6 y 8 horas
La calidad de sueño también es importante, ya que no es lo mismo un sueño profundo, sin interrupciones, que aquellas personas que despiertan varias veces durante la noche, o tienen un sueño muy ligero
El estrés, la obesidad y la ansiedad son otros de los enemigos del buen dormir, por lo que es importante cuidar la alimentación, realizar ejercicios de relajación y tratar de dejar los problemas fuera de la recamara, para obtener un buen descanso.