Para los padres y madres de familia les ha sido difícil lidiar con sus hijos e hijas en esta pandemia del COVID-19, el peso de la educación y desempeñar el papel de docente en casa, enfrentar sus temores, llenarse de más paciencia, dedicarles más tiempo, el estrés y agotamiento se suman a la ya pesada situación del país.
Es importante que, como adultos, identifiquemos los signos de alerta de fatiga pandémica o sea que estamos tremendamente agotados. Por ejemplo, preguntémonos: nos mantenemos en constante estado de alerta sobre si me contagio o se contagian mis hijos, nos sentimos muy estresados, no le vemos el fin a esta crisis que aumenta la angustia e incertidumbre, nos agobia no poder salir a todos lados, abrazar, pasear, no podemos disfrutar, nos sentimos triste o con sentido de culpabilidad, nuestro nivel de tolerancia es bajísimo, sentimos irritabilidad e incluso un aumento de la agresividad que se traduce en que gritamos a los hijos constantemente y los tratamos mal, problemas del sueño, conflictos de pareja, inclusive ideas suicidas, debemos reconocer que requerimos ayuda y buscarla es lo más inteligente, puede conectarse a través del WhatsApp al número +505 81992571 y le brindará el Comité Científico Multidisciplinario consulta psicológica gratuita.
Los padres debemos priorizar nuestro autocuidado y hacer todo lo posible para generar formas saludables de lidiar con el estrés y la ansiedad, ya que los hijos e hijas lo sienten y reaccionan. A veces se portan mal y no nos damos cuenta de que es para llamarnos continuamente la atención porque así lo logran más fácilmente. Dediquemos un poco de tiempo a encontrar y ofrecer alternativas para sacarlos de ese círculo vicioso y elogiemos su éxito. A veces hay que ignorar esa conducta, siempre que no estén haciendo algo peligroso. Respire, meta aire y sáquelo despacio. Hay que recordarles lo que hicieron mal de forma breve, recomiendan que los apartes y estén en un solo lugar durante un minuto por cada año de edad. Compartamos con otros padres, de repente salen más ideas, recárguese, ríase, pasee y busque lo que le gusta.
Recordemos que las dificultades forman parte de la vida, negar a los niños esta realidad es incorrecto, además los adultos somos el ejemplo que van a seguir y ellos se fijan en cómo respondemos a las diferentes situaciones. Debemos ver el estrés como una oportunidad que desarrolla nuevas capacidades como la creatividad o aprender a pedir ayuda, que lamentablemente llegamos a viejos sin pedirla, lo cual es un grave error.
Algunas recomendaciones serían: 1-identifique y hable sobre los temores de sus hijos, ustedes son fuente de seguridad, física y emocional para ellos, contéstele de manera simple y honesta, dele tiempo para que expresen sus sentimientos, avísele que se cuidará cuando salga, ellos también velan por usted. 2-Establezca rutinas, horarios de actividades escolares, tareas de casa, recreativas, ejercicio físico o contacto virtual con los amigos, defina normas o comportamientos y cuáles puede o no tolerar y que sepan las consecuencias de que no las cumplan, así como valore, aprecie, reconozca y recompense cuando hagan algo correcto. El descanso debe ser a la misma hora, recuerde están en casa, pero no de vacaciones. 3-es fundamental comprender las necesidades de sus hijos e hijas para poder responder adecuadamente. Hay que hacerles sentir que sus preocupaciones y temores nos importan y no tienen nada de malo, pruebe a decir te quiero con más frecuencia.