Dr. Leonel Argüello Yrigoyen, médico Epidemiólogo
La indigestión, también conocida como dispepsia, son una serie de molestias en el tracto digestivo superior, que incluyen dolor, ardor, distensión o crecimiento abdominal y sensación de plenitud o llenura después de comer. Puede ser un síntoma de otros trastornos más serios y afectar significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.

Se desencadenada por diversos factores, las más comunes son comer en grandes cantidades o hacerlo de manera acelerada pues sobrecarga el sistema digestivo, lo que provoca sensaciones de plenitud y malestar. Ciertos alimentos irritantes, como los picantes, grasos, ácidos o fritos, pueden irritar el revestimiento del estómago. El café, el alcohol y las bebidas gaseosas. Las emociones fuertes, como el estrés y la ansiedad. Algunas enfermedades y trastornos, como el reflujo gastroesofágico (ERGE), úlceras gástricas, gastritis o la enfermedad celíaca.

Algunos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINEs), antibióticos, y ciertos analgésicos. Fumar afecta el sistema digestivo y puede debilitar el esfínter esofágico inferior, lo que facilita el reflujo ácido y la indigestión. Las infecciones bacterianas o virales, como la causada por Helicobacter pylori, una bacteria que puede infectar el revestimiento del estómago, son una causa común de indigestión y úlceras.

Los síntomas de la indigestión varían en intensidad y frecuencia, y pueden incluir dolor o malestar en la parte superior del abdomen o justo debajo del esternón. Después de comer, algunas personas sienten que su estómago está demasiado lleno, incluso si han comido una cantidad pequeña de comida.

Sensación de ardor en el pecho o el esófago, especialmente después de las comidas, puede estar relacionado con el reflujo ácido. Sensación de náuseas y vómitos. Acumular gas en el estómago, lleva a eructos frecuentes o distensión abdominal.

El diagnóstico de la indigestión generalmente se basa en los síntomas reportados por el paciente y una revisión de su historial médico. En algunos casos, puede ser necesario realizar pruebas adicionales, como Endoscopia, metiendo un tubo flexible con una cámara para observar el interior del esófago, estómago y duodeno. Pruebas de Helicobacter pylori en saliva y heces, Radiografía o ecografía o ultrasonido abdominal.

El tratamiento de la indigestión depende de su causa subyacente. Algunas estrategias generales incluyen: 1. Modificaciones en el estilo de vida: evitar las comidas copiosas, consumir porciones más pequeñas y comer más lentamente puede ayudar a reducir la presión sobre el sistema digestivo.

Evitar o reducir alimentos irritantes. Dejar de fumar. Manejar el estrés. 2. Medicamentos, como los antiácidos, lo inhibidores de la bomba de protones y los anti-histamínicos ayudanr a neutralizar el exceso de ácido en el estómago y aliviar los síntomas de ardor y otros que aceleran el vaciado gástrico. 3. Tratamiento de la causa subyacente, es la Erradicación de Helicobacter pylori y el Tratamiento para úlceras o gastritis.

Aunque no siempre es posible evitar la indigestión, se pueden tomar varias medidas para reducir su frecuencia e intensidad, por ejemplo, comer porciones más pequeñas y evitar comer en exceso, no acostarse inmediatamente después de comer, evitar alimentos que se sabe que desencadenan los síntomas, mantener un peso saludable, ya que la obesidad aumenta el riesgo de reflujo ácido y otros problemas digestivos, así como realizar actividad física regular para mejorar la digestión.

En la mayoría de los casos, la indigestión es leve y se puede manejar con cambios en el estilo de vida y medicamentos de venta libre. Sin embargo, si los síntomas son persistentes, graves o se acompañan de otros signos preocupantes como pérdida de peso inexplicada, sangrado en las heces o vómitos, es importante consultar a un médico para una evaluación más exhaustiva.