Señala estudio realizado en La Universidad de Stanford
Alicia Yolanda Reyes

Rosi sufrió durante varios años problemas para conciliar el sueño a horas tempranas, su trabajo, el estrés que le provocaba y las múltiples obligaciones laborales y familiares parecían ser la causa.
En visita al médico se detectó que Rosi no lograba desconectarse de su trabajo, y tenía el celular prendido y cerca de su cama, por lo que hasta que no resolvía el último problema del día su mente permanecía en alerta.
Esta situación repercutía en que por las mañanas estaba de mal humor, tenía problemas de concentración, y en varias ocasiones su distracción o somnolencia la llevaron a tomar decisiones equivocadas, o tener malas relaciones con sus compañeros/as de trabajo, o familiares.
A la menor provocación estallaba en gritos, era intolerante con las personas, y cualquier comentario lo tomaba como agresión personal.
El investigador Jaime Zeitzer de la Universidad de Stanford realizó una investigación en la que incluyo a 75 mil personas, en el cual analizó los horarios de sueño de las personas incluidas en su estudio y la conclusión fue que quienes duermen mas temprano y se levantan temprano, suelen tener mejor salud mental, que aquellos que siguen despiertos después de la una de la mañana.
Demostró que quienes se mantienen despiertos después de medianoche, sufren de trastornos mentales y físicos, que llegan a poner en riesgo su vida
Las personas nocturnas tienen una mayor tendencia a la depresión y ansiedad, que quienes tienen horarios de sueño más saludables.
Karla tiene 20 años, normalmente se queja de duerme mal, que hace tareas de la escuela hasta altas horas de la noche y que por la mañana es un suplicio levantarse e irse a la escuela, reconoce que las primeras clases las toma “en calidad de zombi”, que tiene problemas de concentración y se siente ansiosa la mayoría del tiempo, es un patrón de conducta que ha tenido desde la secundaria y le es difícil romper.
Una teoría conocida como la mente después de medianoche, señala que los cambios neurológicos y fisiológicos a altas horas de la noche fomentan la impulsividad, el estado de ánimo negativo y el deterioro del juicio.
Existen algunas patologías que influyen en el insomnio, o que te impiden dormir temprano, entre estas se encuentran: la artritis, síndrome de fatiga crónica, fibromialgia, enfermedad inflamatoria del intestino, dolores de cabeza persistentes, dolor de espalda baja continuo.
Los médicos consideran que el dolor crónico, puede exacerbar los trastornos del sueño.
El estrés y la ansiedad tienen un alto impacto en la calidad del sueño, por lo que contribuyen a que sea difícil conciliar el sueño, o permanecer dormido. Las pesadillas, hablar mientras se duerme, o las constantes levantadas para ir al baño son otras de las causas de los trastornos del sueño.
¿Cómo se diagnostican los trastornos del sueño?
Una vez que se realiza un historial médico, se pueden realizar algunos estudios como:
Polisomnografía (PSG) que evalúa los niveles de oxígeno, los movimientos del cuerpo y las ondas cerebrales.
Encefalograma (EEG) evalúa la actividad eléctrica y detecta cualquier problema relacionado con esa actividad.
Prueba de latencia múltiple del sueño (PLMS) este es un estudio del sueño diurno que se usa junto con la PSG en la noche para ayudar a diagnosticar la narcolepsia.
Estas pruebas son cruciales para que el médico ofrezca el tratamiento adecuado para resolver este problema.
Tratamientos médicos
De acuerdo con cada persona el médico puede recomendar píldoras para el sueño, suplementos de melatonina, protector dental (para quienes rechinan los dientes), dispositivo respiratorio, o alguna cirugía.
Por lo que es fundamental acudir a un profesional de la salud para resolver los problemas de sueño, ya que estos a la larga influyen en todos los ámbitos de la vida del ser humano (aliciayolandar@hotmail.com)