¿Cómo quieres llegar a esa etapa de tú vida?

Alicia Yolanda Reyes

A menudo escuchamos a las personas de mediana edad decir que no quieren llegar a depender de los hijos/as al llegar a la vejez, pero en la mayoría de las ocasiones no hacen nada para evitar esa situación
Ven el ejercicio físico poco atractivo, aseveran que las dietas no son para ellos/as, consumen productos industrializados, bebidas alcohólicas, refrescos y cigarrillos sin considerar el daño que causará en su vida.
El Dr. Rubén Santoyo ex director del Centro Médico de Occidente, señala que es hasta que la persona sufre un infarto cerebral o problemas cardiovasculares y llega urgencias reconoce que nunca se cuidó.

Carlota de 60 años fumó desde los 14 años, tomó refrescos, y consumió productos industrializados sin considerar el daño que estaba causando a su organismo.

Hace un año al pararse por la mañana de la cama sintió que las piernas no la sostenían, cayó de cara y se conmocionó, los hijos la llevaron a urgencias a su clínica del IMSS, de ahí la trasladaron en ambulancia a la clínica 89, en la ciudad de Guadalajara.

Tras someterla a varios estudios se detectó que había sufrido varios micro infartos cerebrales. En la interrogación clínica y con estudios laboratoriales descubrieron qué padecía diabetes, problemas cognitivos, psoriasis, hipotiroidismo, y presión arterial inestable.

Carlota reconoció que rara vez consumía frutas y verduras, que constantemente se inclinaba hacía la comida rápida, las sopas precocidas, botanas y otros productos poco saludables.
En pocos meses su deterioro se incrementó, y de necesitar andadera, pasó a la silla de ruedas, debido sus frecuentes caídas.

Refiere sufrir de vértigos, y los médicos detectaron epilepsia que se caracteriza por ausencias
Los hijos reportan que de pronto parece no escuchar, o no entender lo que se le dice, se queda “como ida”.
El neurólogo después de varias tomografías les explicó que el daño que se había causado ya era irreversible, que trataran de mantenerla activa con juegos de mesa, paseos en la silla de ruedas, y acompañamiento constante.

El pronóstico es que en el mediano plazo su deterioro cognitivo empeore, al grado de llegar a desconocer a las personas cercanas, y que sea incapaz de alimentarse por vía oral, lo que obligaría a colocarle una sonda nasogástrica para pasarle los nutrientes
Esta situación es bastante dolorosa para quienes le rodean, aunque ella por su demencia parece no entender que está pasando.

Por el contrario, sus hermanas mayores de 75 años han tenido un estilo de vida más saludable, no fuman, no beben, y evitan al máximo la comida chatarra, además de realizar de forma cotidiana ejercicio, y dormir de 7 a ocho horas diarias, mantienen una condición de salud, que les permite llevar una vida independiente, incluso realizar trabajos remunerados.

Esto nos demuestra que, si bien la genética tiene un impacto en nuestras vidas, se puede hacer mucho a favor de una vida saludable (aliciayolandar@hotmail.com)