Campañas Contra el Tabaquismo son Contempladas en la Ley Aprobada en Jalisco en 2020

Por Alicia Yolanda Reyes.

En Jalisco alrededor de un millón de personas son adictas al tabaco, y otro 20 por ciento somos fumadores/as pasivos, la mayoría mujeres y menores de edad, con el riesgo que conlleva para la salud, las finanzas públicas y familiares, ya que cuando una persona enferma, todo el núcleo familiar se ve involucrado, tanto en el tiempo que dedica al cuidado del enfermo/a, y los gastos que genera.

Más del 80 por ciento de quienes desarrollan patologías relacionadas con el tabaquismo son la principal fuente de sostén económico de su familia, al dejar de trabajar afecta toda la dinámica familiar, además del costo afectivo y emocional.

En México de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública más de 63 mil mexicanos/as fallecen al año por causas atribuibles al consumo de tabaco. Los costos directos anuales en atención médica son de 116 mil millones de pesos, a esto habría que sumarle lo que aporta la familia.

La Ley General Para el Control del Tabaco, y la Ley Estatal publicada en el 21 de septiembre del 2020, en plena pandemia prohíbe el consumo de todos los productos de tabaco, incluyendo los vapeadores en todo espacio cerrado.

En el último año las medidas se han relajado, y en bares, antros y restaurantes se puede ver personas fumando, aprovechando que no hay inspectores.
Las campañas para promover los espacios libres, informar a la población sobre lo dañino del consumo de estos productos, de acuerdo a la Ley, deben de ser pagadas por el Estado, lo cual no sucede.

Ocasionalmente hay campañas para desalentar el uso de drogas, pero el tabaco no se menciona de manera directa, salvo ocasiones especiales.

Es importante recordar que el tabaco es droga de inicio y un gran problema de Salud Pública. Es urgente prevenir esta adicción que permitiría que los menores de edad inicien en a edades tempranas.

Las investigaciones a nivel internacional han demostrado que entre más temprano los y las menores empiecen a fumar, es más fácil que caigan en una adicción, que tarde o temprano les enfermará y acortará su vida.

Los consumidores de cigarrillos convencionales viven los últimos 15 o veinte años de su vida, con constantes enfermedades, algo similar ocurre con quienes están expuestos al humo de segunda mano.

En el caso de los vapers, el daño se produce de forma más temprana, y se han reportado problemas graves de salud e incluso la muerte de menores de 20 años.
Las campañas de prevención de tabaquismo evitarán sufrimiento, muerte y enfermedad.

Los educadores, padres y madres de familia están obligados a proporcionar información sobre los riesgos del tabaco, y desalentar su uso.

Hace unos días fui testiga de primera mano de una madre de un chico con discapacidad que le proporciona cajetillas de cigarro al joven, según ella, eso le mantiene tranquilo.

En algunos Centros de Rehabilitación solicitan a la familia que les lleven cigarros a sus internos, para ayudar a controlar la adicción a otras drogas.

Esto nos habla de la falta de la falta de información existente sobre las consecuencias, a mediano y largo plazo del tabaquismo.

La secretaria de Salud, está obligada por Ley a realizar campañas que impidan el consumo de estos productos, inversión que repercutirá directamente en los costos de atender estas enfermedades (aliciayolandar@hotmail.com).