Dr. Leonel Arguello Yrigoyen, médico especialista en Epidemiología
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El ser humano nace para tener salud, la enfermedad la rompe, ya sea por la herencia, el medio ambiente contaminado, deterioro económico, así como las conductas, prácticas y estilos de vida no saludables.
El autocuidado, es el cuidado de sí mismo, es estar atentos a lo que nos sucede en nuestro organismo, lo que pensamos y sentimos para alcanzar un estado de bienestar físico y psicológico. Es tomar las medidas para cuidar de nosotros mismos y de nuestras necesidades físicas, emocionales, mentales, financieras, ambientales y espirituales. Sin embargo, cada cual es responsable de su salud y de su propio bienestar, que incidirá en su familia y su entorno, creando el gobierno las condiciones para que cada persona lo logre.
Tenemos autocuidado emocional, físico, intelectual, espiritual y social, recordando que cada ser humano es único, el autocuidado es similar y en algunos casos diferente para cada uno de nosotros y recomiendo hacerles caso a nuestros instintos. Son acciones individuales para alcanzar una mejor calidad y mayor esperanza de años por vivir.
Los beneficios del autocuidado son prevenir los casos de infartos y Diabetes tipo 2 en un 75% y reducir el cáncer en un 40% (OMS), mejorar tu productividad, aprender a decir «no» a las cosas que no nos parecen y se extienden demasiado y comenzar a hacer tiempo para las cosas que son más importantes. Mejorar tu autoestima al conocernos y valorarnos mejor, al pensar en lo que realmente necesitamos y nos gusta hacer, nos apasiona, inspira y nos motiva para hacer cambios positivos y sobre todo, abandonar aquella excusa permanente, cuando decimos, que no tengo tiempo.
El primer paso hacia el cambio positivo es reflexionar acerca de nuestros hábitos diarios, a fin de aplicar los cambios necesarios que favorezcan nuestra salud física y mental. Luego es aplicar una serie de recomendaciones como el consumir más vegetales, verduras y frutas, menos azúcar y sal, hacer actividades físicas diarias para mejorar el bienestar corporal, desahogarnos y liberar el estrés. Dormir 6 a 8 horas diarias y mantener buenos hábitos de higiene personal. Fomentar la interacción social, el sano esparcimiento y recreación. Es muy importante reconocer nuestros logros y recompensarnos por los avances obtenidos, igualmente aceptar las críticas constructivas, que contribuyan a nuestro crecimiento como personas. Utilizar mascarillas, lavarse las manos y mantener el distanciamiento físico y demás protocolos que protejan tu salud. Asistir regularmente al médico. Evitar hábitos dañinos como los cigarrillos, drogas y comida chatarra.
Es saludable reconocer nuestras emociones, sentirlas, aceptarlas y seguir adelante, no existen emociones buenas o malas, simplemente es saber cómo responder a ellas. Para algunas personas tener un diario ayuda, darse tiempo para sí mismo, reflexionar, meditar, pedir apoyo a familiares, amigos o profesionales, expresar sus sentimientos, pintar, bailar, leer, escribir, reír, dibujar, llorar, ver películas o videos, hacer un rompecabezas o crucigrama, aprender algo nuevo, comenzar un proyecto, ejercitar nuestra mente, estimular el pensamiento crítico y la creatividad o un deporte. Unirse a una clase, cocinar algo nutritivo, pasar tiempo en la naturaleza, salir con amigos y conectarse con los que están lejos.
El autocuidado es un hábito que podemos fomentar cada día. No tienes que realizarlo todo de una vez, los pasos pequeños y poco a poco también te llevan a cumplir el propósito de cuidarte. Enfocarnos en nuestras necesidades y hacer del autocuidado una prioridad, nos brindará mejores resultados en todas las áreas de nuestra vida.